Descripción
Un payaso, un muñeca de porcelana o una máscara de dama veneciana. Pocas cosas hay que nos provoquen un miedo más irracional.
La idea de esta máscara surge de la irresistible curiosidad a levantar la máscara para saber que se esconde trás la máscara y el miedo a que tras su hermosa superficie no haya absolutamente nada.
¿Cuánto queda de nosotros tras la mascara que a diario nos colocamos antes de salir de casa, ir al trabajo o abrir instagran? Esa bonita máscara tan adherida a nuestra piel que al intentar desprendernos de ella nos la arrancamos.
Para fabricar esta máscara usamos la tradicional técnica de la cartapesta. Una vez seca, literalmente arrancamos la última capa de papel Para crear las dos zona de la máscara.
Por un lado teníamos la parte superior a la que dimos un acabado liso y pulido y por el otro la inferior con un acabado más tosco.
Para la pintura queríamos algo ostentoso así que nos decidimos por un barroco diseño de hojas doradas con un brillo satinado que contrastara con los músculos y huesos de la parte desollada con colores mucho más intensos y brillantes.
Como complemento la máscara se complementa con un coqueto velo negro tras el que poder esconder las cicatrices.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.